Negocios con Dios: “Reparte a siete y aun a ocho – Diversificar reduce riesgos”


Eclesiastés 11:2:

“Reparte a siete, y aun a ocho, porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra.”


1. Principio bíblico de la diversificación

Este pasaje, aunque breve, encierra una sabiduría financiera milenaria. El sabio Salomón nos recuerda que la incertidumbre siempre existe: “no sabes el mal que vendrá”. En el lenguaje empresarial moderno, esto se traduce en no poner todos los huevos en la misma canasta.


La Biblia, una vez más, anticipa un principio universal de gestión del riesgo: diversificar las fuentes de ingreso, las inversiones y los talentos. En un mundo donde la economía puede cambiar en cuestión de días, este consejo cobra más vigencia que nunca.


2. Concordancia de negocios: la diversificación como estrategia divina


Concepto Bíblico               Aplicación Empresarial

 

Repartir a siete y a ocho         No depender de un solo cliente, producto o sector


No sabes el mal que vendrá       Anticipar crisis económicas, cambios tecnológicos o pandemias


Siembra en la mañana y en la tarde  Generar ingresos activos y pasivos


Mano diligente prosperará         Administrar con orden cada fuente de ingreso


Ser mayordomo fiel              Usar sabiamente los recursos para multiplicar y  bendecir



3. Ventajas y bondades de diversificar


Reducción del riesgo financiero: Si un negocio o cliente cae, otros sostienen el flujo.

Mayor estabilidad emocional: Evita la ansiedad de depender de un solo ingreso.

Expansión del impacto: Cada área puede ser un canal para bendecir a otros.

Aprovechamiento de talentos múltiples: Dios nos dio dones distintos, y diversificar permite activarlos.

Resiliencia ante crisis: Las tormentas no hunden al que tiene varios anclajes.


4. Cuidados y límites de la diversificación

Diversificar no es dispersarse.


El error común es intentar abarcar demasiado sin estructura. La Biblia también enseña orden: “Todo se haga decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40).


Por tanto:

No diversifiques sin conocimiento.

Asegura sistemas administrativos claros.

Evalúa el retorno y la sinergia de cada línea.

Mantén un propósito unificado: glorificar a Dios a través del trabajo.


5. Aplicación práctica

Ejemplo para un emprendedor cristiano:

Línea principal: venta de productos o servicios (ingreso activo).

Complementos: cursos o consultorías (ingreso semi-activo).

Apoyo: inversión en instrumentos financieros o alianzas (ingreso pasivo).

Plus: contribución social o voluntariado (impacto espiritual).


Cada una puede ser “una parte repartida a siete o a ocho”.


6. Gráfico simple: mezcla de ingresos


Ingresos Totales (%)


Diversificación Sugerida


40% ──── Negocio Principal

20% ──── Servicios o Consultorías

15% ──── Inversiones Financieras

10% ──── Proyectos Colaborativos

8% ────  Ingresos Digitales

7% ────  Donaciones / Impacto Social

____________________________

100%


7. Reflexión final


La diversificación no solo protege tu negocio: multiplica tu propósito.


Cada fuente de ingreso puede convertirse en un canal para bendecir, servir y generar abundancia con propósito.



Porque quien reparte sabiamente, no solo distribuye riqueza, sino también esperanza.